El prestigioso arquitecto español cuya obra regocija a Barcelona estuvo en Perú en mayo para ser jurado de las sustentaciones de tesis de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la PUCP. Elías Torres conversó con el equipo de La Creatura.
¿Porqué estudió arquitectura?
Hace 41 años que terminé la carrera. Si uno no sabía dibujar ni se acercaba a estudiar arquitectura.
De pequeño aprendí a dibujar con mi padre que era carpintero de primera y hacía barcos con mi abuelo.
Me animó mucho el dibujo. Sabía explicarme con un dibujo. Es básico para estudiar arquitectura y no sé por qué ya no se exige. Yo lo reclamo ahora para quien quiera estudiar arquitectura. La gente aprende a dibujar el mismo año que tiene que hacer un proyecto. Es como aprender caligrafía y tener que redactar una novela.
De la otra manera te encuentras con el instrumento básico para explicarte. La fotografía es un elemento fijo, no puedes descubrir relaciones. El dibujo permite representar lo que uno ve. Lo que uno imagina. Dibujar es básico para esta carrera.
¿Qué extraña de ser estudiante?
La iresponsabilidad y por lo tanto la diversión. Te puedes equivocar sin ningún problema. Sin tener que enfrentar juicios. En la escuela uno experimenta equivocándose. Del fracaso uno aprende.
En el Perú no hay juicios por errores ni en diseño ni e infraestructura.
Por supuesto que sí, en cualquier sitio. Si hay un problema de goteras en un edificio, se le interviene al promotor, al constructor y al arquitecto. Requiere que seas lo más responsable posible, para eso pagas seguros destinados por si hay fallos.
¿Qué recuerda de sus primeros proyectos?
La sensación de que el tabajo no iba acabarse nunca. Vengo de una generación donde no había concursos, los trabajos se daban por invitación a gente mayor. La gente te llamaba por teléfono te encargaba un trabajo.
Ahora no, ¡tienes que examinarte cada mes! Demostrar si vales o no vales, después de tantos años. Eso a un médico no le pasa. Para extraer un riñón no puedes hacer un concurso entre médicos.
Es un tiempo de ilusión. Sobre todo es saber desde el primer día lo que no quiere hacer. Vas tratandode encontrar tu camino. Vas rechazando, renunciando, buscando. Los demás saben qué camino has escogido.
Sé lo que no quiero. Lo que uno quiere lo encuentra, si se esfuerza en buscarlo.
Como docente, ¿qué es lo más importante para una buena pedagogía?
Que un alumno descubra que lo que le puedes exigir también te lo exiges a tí mismo.
Una cosa es el oficio y otra la actitud. La actitud es lo que más puede enseñar, la actitud de alguien que está frente a un alumno se convierte en un modelo a seguir, o a rechazar, en un modelo a ignorar.
Respecto al enfoque pedagógico, un docente argentino decía que es diferente enseñar a dar información. Una cosa es dar un conocimiento y que el estudiante encuentre su manera propia.
Se aprende por mimetismo, por eso están los proyectos de otros señores que han trabajado antes. Se aprende de los errores. Es una pequeña batalla. Una batalla de renuncias, de fracasos.
Continuará...
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